Hace una semana le dije a Franco que le blog cumpliría 5 años el 2 de septiembre y me respondió: “¡¿Ya son 5?!” Le mencioné que esta vez los quería celebrar. Lamentablemente, él no pudo estar presente por asuntos de trabajo, así que me fui a Beans and the Belfry con Corey a celebrar mientras nos saboreábamos un lava cake.

Mientras esperábamos por nuestro postre me puse a pensar en la aventura que ha sido tener este blog, con sus altas y bajas, en mi noviazgo, que evolucionó a matrimonio, y en todas las personas con las que he podido conectar a través de esta plataforma digital. Además, he participado en talleres, lo que me ha ayudado a crecer profesional y personalmente.

Comencé este blog para compartir la transición significativa que tuve al convertirme en la novia de un pastor, de una iglesia pequeña en Bayamón. Me había recién graduado de Comunicaciones, en la que tomé una clase de Periodismo Digital y, aparte de ser periodista,siempre me interesó tener un blog.

Tuve dificultad para encontrar un nicho, pero un día Franco me creó una cuenta en WordPress y me puso la computadora frente a mí. Me dijo: “Haz lo que tienes que hacer”. En vez de sentirme como Judas, antes de la traición, me sentí como Jesús, antes de su primer milagro y dije: “Pero no estoy lista”. “Ya tienes el tema. Escribe”, respondió.

Así fue cómo escribí mis primeras entradas, las cuales llamé confesiones. “Soy la novia de un pastor” fue mi primera entrada en la que relaté cómo conocí al joven pastor y cómo mi vida cambió desde el momento en que me convertí en su novia. Lo releí y me percaté de lo mucho que mi estructura literaria ha cambiado y de todo lo que he aprendido en estos últimos 5 años, en los que llevo escribiendo en un blog.

Coffee and a notebook

Aquí resumo 5 lecciones que he recibido al tener un blog.

  1. No son los números, sino las reacciones.

Cuando te dedicas a hacer contenido, para una página o para una red social, llega un punto en el que quieres seguir alcanzando a más personas y los números comienzan a ser un problema. El primer día que publiqué mi primer escrito quedé asombrada por todas las personas que estaban entrando. Sin embargo, mientras pasaba el tiempo ese número fue disminuyendo. Me comencé a preocupar porque tomé el blog bien en serio y los números como algo personal. Me frustré, dejé de escribir y en varias ocasiones me quise quitar.

A pesar de la frustración que sentía, cada vez que publicaba, alguien me escribía y me dejaba saber lo mucho que la inspiré o hablé a su vida. Al tener una cuenta de Facebook, dedicada a La Novia del Pastor, me ayudó a conectar con muchas otras personas que tenían una situación difícil con su pareja o también tenían un novio pastor. Aparte, recibí muchas reacciones positivas sobre personas que llevaban apartadas, o habían perdido la fe, y querían regresar a la iglesia por lo que había escrito. Entonces, sin importarme los números, continué escribiendo, aunque con largos tiempos de pausa. ¡Estamos aquí otra vez!

  1. Estaba empezando un ministerio sin saberlo.

Durante los primeros meses en la iglesia, siempre buscaba mi rol, dónde pararme o cómo ayudar en la congregación. Cuando las personas sabían que era novia de un pastor, muchos dijeron que también debía tener un ministerio, lo cual casi siempre es cantar, llevar el grupo de mujeres o predicar, al igual que él. Sin embargo, sentía que lo mío estaba más allá de pararme al frente y predicar, aunque lo hice en varias ocasiones.

Con el blog, descubrí que estaba llegando a otras vidas, incluso fuera de Puerto Rico. Como mencioné en el punto anterior, varias personas me comenzaron a escribir para pedirme consejos, hacerme preguntas personales o simplemente desahogarse. Un día, le dije a Franco: “Empecé mi ministerio sin darme cuenta”.

  1. El internet puede ser un mundo maravilloso.

Por una mala experiencia, he sido muy precavida con lo que publico en el internet. (Quizás un día me arme de valor y lo cuente por aquí.) Como dicen, le cogí cosa y un miedo exagerado, incluso hasta pensé utilizar otro nombre. Tuve dificultades en publicar mi cara y hasta producir vídeos. Sin embargo, con la experiencia que he tenido con este blog, descubrí que el internet puede ser útil para un sinnúmero de cosas. A pesar de las malas experiencias previas que hemos tenido, siempre podemos encontrar algo positivo.

  1. Tener un blog puede ser un negocio.

El blogging es un mundo con múltiples oportunidades. No solo es una buena herramienta o destreza para añadir a tu Resume, sino que se puede convertir en un trabajo de jornada completa. Sigo a muchas personas que generan hasta 6 cifras solo con ser blogueros. Claro, todos estos blogueros exitosos escriben en inglés y tienen un buen nicho. Sin embargo, pienso que, si se tiene determinación, dedicación y un excelente apoyo familiar, el blogging puede convertirse en un negocio que permita libertad financiera desde la comodidad de tu hogar.

Aunque llevo 5 años, aún me encuentro en el desarrollo de esta plataforma y lo que quiero hacer con ella. Es evidente que el título de novia expiró hace 2 meses, pero quién sabe si pueda establecer mi propio negocio aquí. Además, se debe reconocer que todo se está moviendo al internet, desde la educación hasta comprar comida. Esto contesta qué pasó con Blockbuster vs Netflix, Toys R Us vs Amazon y la polémica de los taxistas contra Uber.

  1. En el camino te vas descubriendo.

Comencé este blog a los 24 años, recién graduada de mi bachillerato en Comunicaciones, con un trabajo en una tienda de yogures helados. Tenía muchas ideas de qué quería hacer con mi vida, pero nada era concreto, ni siquiera mis estudios de posgrado. Debo admitir que tener un blog y escribir en él redefinió lo que quería hacer con mi vida. Siempre me gustó escribir. De hecho, pasé mi verano del 2004 escribiendo cuentos y, en septiembre de ese año, escribí mi primera novela. No obstante, nunca tomé la escritura como algo serio, ni siquiera sabía que me apasionaba.

En mi primer año trabajando para este blog descubrí la maestría en Creación Literaria; en agosto del 2014 la comencé. En muchas ocasiones, empezamos algo sin saber dónde vamos a terminar. Luego, descubrimos que cada paso que tomamos es un trampolín para llegar al lugar que hemos sido llamados. El blog fue una herramienta que me sirvió para practicar lo que es la estructura literaria cuando se escribe un ensayo; hay mucho más, pero puede ser un gran comienzo como, por ejemplo, para un libro.

  1. Sé pasional

En el mundo del blogging te encontrarás a muchas personas que te aconsejarán que te mantengas dentro de un nicho, que escribas de cierta forma y para una audiencia en específico. No solo sucede con escribir, sino con cualquier tipo de arte que hagas, ya sea música, fotografía, vídeo, pintura, entre otros. Llega un punto en que el arte se convierte en trabajo y nos desenfocamos. Nos comienza a pesar, nos drena, nos cansa y no lo queremos hacer porque se convierte en algo que hacemos para otros y nos olvidamos hacerlo para nosotros.

Debo confesar que a veces soy un poco robótica, automática y sistemática. Si eres como yo, caes en la rutina y el arte debe ser libre, suelto, expresivo y pasional. Cuando se hace demasiado estructurado, pierde su propósito. Se convierte en ese trabajo pesado de 8 a 5, de lunes a viernes, que lo que quieres es dar clock-out e irte a tu casa, incluso renunciar. Es por eso por lo que, también he tenido cautela en convertir este blog en mi trabajo de jornada completa, porque no me quiero cansar de él, no quiero odiarlo porque tengo que hacerlo, porque es trabajo.

No nos desenfoquemos ni descuidemos nuestra vocación por perder la pasión en lo que hacemos. Diviértete, ama lo que haces y trabaja en lo que amas.

Gracias a ti,

Isa Figueroa

 

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