[Fotografía por Vivian Good Photography]

 

El sábado, 23 de junio, pasé del nivel de novia al de esposa. Luego de cinco años intensos me casé con un pastor. Ya entienden por qué desaparecí del blog y del Facebook por tanto tiempo.

Desde el compromiso, estuvimos decidiendo qué queríamos para nuestra boda. Tristemente, nada de lo que habíamos elegido para esa fecha se dio. Ni los colores ni el estilo que queríamos fue lo que tuvimos, pero no estamos arrepentidos.

Franco y yo mantuvimos el plan de la boda en secreto hasta que regresamos a Puerto Rico de nuestras vacaciones de Navidad en Maryland. Durante los últimos seis meses previos a la boda estuvimos tratando de sobrevivir sin morirnos; es la realidad.

Mi familia paterna se involucró completamente en la planificación de la boda y en ese momento fue que Franco y yo perdimos el control. Fue hasta cierto punto un alivio, así que nos dedicamos a planificar nuestra luna de miel que era lo más que nos interesaba.

La luna de miel fue otro dilema: Franco quería ir a Disney, pero yo quería ir a Europa; más específico, Francia. Al final, lo logré convencer. Sin embargo, Francia estaba demasiado fuera de nuestro presupuesto, por lo que nos subscribimos a Honeyfund.com para que las personas pudieran aportar a nuestro evento especial. Me sorprendió la respuesta positiva que obtuvimos de este movimiento.

Al principio, me sentía mal porque estábamos pidiendo dinero y mi familia no estaba de acuerdo. De hecho, dijeron que, si no teníamos dinero para hacerlo, entonces no debíamos hacerlo. Además, estas páginas de donaciones las utilizan más para personas con condiciones o tratamientos costosos. No obstante, las personas de mi Facebook personal lo vieron como una gran idea y muchos aportaron.

El proceso de planificación de boda y luna de miel fue estresante, lloré en varias ocasiones, me frustré muchas veces y hasta llegué a estar en desacuerdo con par de detalles. Quienes me conocen, saben que soy perfeccionista y me gusta tener control sobre cosas que me afecten directamente. Sin embargo, tuve excelentes damas que siempre estuvieron pendiente y ayudando. Sobre todo, tuve un excelente fiancé, quien no me soltó de la mano en ningún momento.

A pesar del proceso tedioso, ese sábado fue el mejor día de nuestras vidas. Franco se veía radiante, elegante y bello. Yo no podía dejar de sonreír mientras caminaba hacia él. No dejé de mirarlo durante la ceremonia. Todo el estrés desapareció cuando estuve frente al que sería mi esposo.

Bailamos, brincamos, cantamos; en fin, gozamos. Fue una noche perfecta. Mi anhelo era llegar al hotel aún vestida, así que no tuve cambio de desposada. Cuando llegamos al hotel, todos nos miraban y nos felicitaban. Fui feliz porque, aunque sea un cliché, me casé con mi mejor amigo.

Durante el proceso, entendí que no importaba si me casaba vestida con un saco de papas, o si los actos se llevaban a cabo en el tribunal, iba a ser perfecto porque sería con él. Unir mi vida con Franco era lo único que me importaba, así no se diera la luna de miel en París. No me interesaba un gran local ni un vestido extravagante. Realmente me conformaba casarme en un coffee shop y brindar con café porque, si era con él, era perfecto.

Algo que he comprendido es una boda tiene un peso emocional enorme para las mujeres. A veces le metemos tanto empeño a la imagen entera de lo que será ese día y perdemos de perspectiva lo más importante, la razón: el matrimonio. De esto fue que me sostuve durante las últimas semanas, la razón por la cual estaba haciendo todo esto. Cuando se tiene el enfoque claro, el estrés pasa a segundo plano. La unión es lo que más peso debe tener durante este proceso.

Cinco cosas indiscutiblemente importantes que aprendí de esta experiencia y pocos te dicen es que:

  1. No importa cuán simple sea la boda, será perfecta.
  2. La luna de miel no siempre será 100 % perfecta tampoco.
  3. Descansar es importante.
  4. Dejar la boda en manos de la familia no es tan malo.
  5. Quienes nos limitan a alcanzar lo que queremos somos nosotros mismos.

¿Qué pasará con el blog?

Una de las preguntas que contesté en el escrito ¿Quién es la novia del pastor? fue qué pasaría con el blog cuando nos casemos. En mi contestación breve quise explicar que la página continuaría aun después del matrimonio. Sin embargo, pienso que ya el propósito del blog se completó. Todo pasa y todo cambia. Pienso que es un momento de crecimiento. Con esto quiero decir que estaremos comenzando con un nuevo proyecto que se dará paulatinamente para no afectar a los seguidores.

¡Lo logramos!

–Isa Figueroa

 

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